Una vez tienes WordPress instalado, llega lo divertido. Ahora mismo tu página web está vacía, no tiene contenido. El primera paso será elegir un tema que te guste. Ten en cuenta que si ya tienes tus propios colores corporativos, tendrás que asegurarte de que el tema que elijas te deja cambiar los colores a tu gusto. Siempre puedes cambiarlos manualmente, pero si no tienes la formación necesaria, te aconsejo que elijas un tema que te permita hacer los cambios que tú necesites.
Después de elegir un tema, falta el constructor: el builder. Yo no siempre utilizo el mismo, ya que no todas las páginas que diseño requieren lo mismo, ni todos mis clientes tienen las mismas necesidades. Si no sabes qué builder elegir, hay dos que funcionan muy bien y que posiblemente te suenen. Estos son «Beaver builder» y «Elementor«. Además, tienen temas diseñados especialmente para ellos.
Ya elegido el builder, toca ponerse manos a la obra. Si ya tienes tu contenido redactado (textos y contenido multimedia), solo falta la creatividad. Utilizando el constructor, diseña una estructura para darle un buen toque visual y retener así a los visitantes.
Si todavía no sabes utilizar ningún builder, lo mejor que puedes hacer es usar alguna de las herramientas gratuitas que hemos visto antes. Si definitivamente quieres olvidarte de líos y tienes el dinero suficiente, contrata un diseñador web y deja que haga todo el trabajo por ti.